ÉL RESUSCITÓ, por Doyle Davidson, Capítulo 10
La Importantcia De Oír El Evangelio
Tú probablemente te empezaste a preguntar sobre lo que estoy escribiendo. Yo estoy contento de ser libre de mis caminos religiosos. Estoy feliz de poder hablar del modo que quiero hablar.
Tengo que transmitirte estas palabras para ayudarte a obtener una revelación de ellas. No me preocupo ya, si alguien piensa que yo soy conformista a la imagen de las tradiciones religiosas de un predicador. Yo solo quiero complacer a Jesús.
Tú tienes que oír el evangelio y creerlo. Mira otra vez en Romanos 10:13, que dice:
"Ya que todo aquel que invoque el nombre del Señor, será salvo". Nota las palabras "todo aquel" Estas palabras quieren decir: cualquiera, incluyendo a ti y a mí.
Romanos 10:14 dice: 14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¡Tú no puedes llamarle a menos que creas! ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? Tú no puedes creer si tú no has oído. ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Alguien tiene que predicar el evangelio a ti y a mí.
En Gálatas 3:8 nos dice que Dios predicó el evangelio a Abraham diciendo: "En ti serán benditas todas las naciones". Eso es el evangelio y Dios predicó esas palabras a Abraham. Esto lo veremos en otro libro.
Vas a tener mucho evangelio dentro de ti después de que hayas leído este libro que vas a querer otro exactamente como este. Tú tienes que tener la revelación del evangelio del Señor Jesucristo. Te tiene que ser predicado.
Romanos 10:15 dice:
15 ¿Y cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: «¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!»
¿Cómo oirás a menos que alguien te predique la muerte, el entierro y la resurrección del Señor Jesucristo? No puedes.
El evangelio que oí cuando era un joven no era el evangelio del Señor Jesucristo. Los predicadores dicen: "Vamos a leer el evangelio". Ellos leen el evangelio de acuerdo a Mateo.
Cuando ellos llegaron a la sanidad, lo brincaron. Cuando ellos llegaron a sacar demonios , ellos no podían ver eso. ¡Ellos están tan segados que ni siquiera saben que está en la Biblia!
Juan 3:16 es un verso en la Biblia que he oído, probablemente miles de veces. De hecho estaba en un letrero como a una milla (1.6 km) de mi casa. Cada vez que iba al centro, lo veía. Debajo del letrero, alguien tuvo la desfachatez de escribir: "Si tú no crees esto, te vas a ir al infierno".
Jesús no dijo eso, Él dijo que si tú crees Juan 3:16, tú tendrás vida eterna , Jesús dijo que predicáramos el evangelio. Él no dijo que escribiéramos mensajes en carteles diciendo que la gente va a ir al infierno.
Juan 3:16 está en la Biblia y es el evangelio. Sin embargo, no tenía ningún concepto de lo que significa. Juan 3:16 no te hará ningún bien a menos que sea revelado a ti. El evangelio es el poder de Dios para salvación de aquel que crea.
Continuemos viendo en Romanos 10:14 y 15. ¿Cómo puede la gente oír, a menos que alguien les predique? Ellos no pueden. ¿Cómo pueden ellos predicar, a menos que ellos sean enviados? Ellos no pueden. ¿Quién los envían? ¿Denominaciones? ¡No! ¿La iglesia? ¡No! ¡Dios tiene que enviarte! Si Él no te envía, tú no eres enviado.
Yo estaba visitando a un hombre una vez. Él dijo: "Me gustaría tener un título de doctorado de un seminario reconocido para que la gente me acepte". ¡Él en verdad dijo eso! Tú te sorprenderás al descubrir como la religión a distorsionado el ministerio.
Ese hombre descubrió que el no puede ser aceptado a menos que tenga un título de doctorado de un seminario. Eso es verdad a menos que Dios te envíe. Si Dios te envía, Él te enviará a predicar el evangelio del reino. La gente te recibirá aunque solamente seas un ex-veterinario.
Hoy en América, casi todos los ministros han sido exaltados por una y más denominaciones. Los ministros en el movimiento de la "Palabra" no han renunciado a sus doctrinas de las denominaciones. Jesús nos dice en Marcos 7:6-13 que enseñar los mandamientos o tradiciones del hombre hacen la Palabra de Dios invalida. No estoy poniendo abajo a estos ministros. Ellos como todos nosotros, necesitan arrepentirse de las doctrinas de sus denominaciones.
Dios me habló cuando yo ejercía la veterinaria y era un Laico Metodista en McKinney, Texas en una pequeña ciudad al Norte de Texas. Él dijo: "Ve a Plano, Texas y habla a la gente de Plano". Yo dije: " ¿Ir a Plano y hablarles de qué? " Él dijo: "Ve en Hechos 11 cuando Pablo fue a Antioquia y tu vas a entender".
Yo fui al capítulo y Dios me habló. Él dijo: "Lo que tomó lugar en Antioquía, tomara lugar en Plano". Eso es exactamente lo que ha pasando.
Yo no conocía a ningún Cristiano en Plano, Texas. Nadie me estaba buscando. Sin embargo, en un plazo de seis semanas, la gente empezó a venir. Ellos habían hablado con gente en todos los Estados Unidos de América, tratando de encontrar a alguien que estableciera una iglesia.
Este grupo de personas en Plano había tenido dos pastores en dos años. Ellos eran un grupo herido de Cristianos. Una iglesia empezaba y caía. Otra iglesia empezaba y otra vez caía. Algunas de estas personas vinieron y me dijeron: "¿Podrías ministrar en nuestra iglesia?"
Yo dije: "No, yo ya tengo mi ministro. Vendré a Plano con el ministerio que tengo. Si quieren unirse, ustedes pueden". Ellos dijeron: "Vamos por cualquier cosa. Hemos pasado por suficientes divisiones". Así fue como este ministerio empezó.
Dios me dijo seis semanas antes de esto: “Ve y habla a las personas de Plano”. Yo dije: “Las personas de Plano ni siquiera me conocen. No me están buscando”. Sin embargo, ahí estaban. Ellos están diciendo: “¿Dónde está el hombre de Dios que vendrá aquí y nos hablará la Palabra?”
Un hombre dijo: "Después de que te oí, ya no quería oírte más. Después de que oí lo que tu dijiste, no me gustaron tus enseñanzas". Él le había pedido a Dios que mandara a un hombre de Dios, pero realmente él no quería oír la palabra de Dios. Sin embargo, él oyó la Palabra. Él todavía está en esta iglesia. Es por la gracia de Dios que cualquiera de nosotros estemos aquí.
Romanos 10:15 declara: "¿Cómo ellos predicarán, excepto ellos sean enviados? Ellos no pueden. A menos que Jesús te envié, sino quédate en casa. Si tu no crees que Él fue resucitado de entre los muertos, Él no te enviará. Él no te está hablando. Es otro espíritu.
Finalmente, lee la última parte de Romanos 10:15:
…Como está escrito: «¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!»
Cuando el predicador es mandado, sus pies anunciarán la paz del evangelio. Él traerá las buenas noticias del evangelio a ti. Entonces tu oirás y verás el evangelio del reino de Dios, la muerte, el entierro y la resurrección de Jesucristo.
HE ROSE AGAIN, by Doyle Davidson, Chapter 10
The Importance Of Hearing The Gospel
You are probably beginning to wonder about what I am writing. I am so glad that I am being freed from my religious ways. I am happy that I can speak the way that I want to speak.
I have to get these words across to you and help you get a revelation of them. I am not concerned much any more whether anyone thinks that I conform to religious tradition’s image of a preacher. I only want to please Jesus.
You must hear the gospel to believe it. Look again at Romans 10:13, which says, “For whosoever shall call upon the name of the Lord shall be saved.” Note the word “whosoever.” That word means everyone, including you and me.
Romans 10:14 says, “How then shall they call on him in whom they have not believed?” You cannot call on Him unless you believe! “And how shall they believe in him of whom they have not heard?” You cannot believe if you have not heard. “And how shall they hear without a preacher?” Someone must preach the gospel to you and me.
We are told in Galatians 3:8 that God preached the gospel to Abraham, saying, “In thee shall all nations be blessed.” That is the gospel, and God preached those words to Abraham. We will look at that later in another book.
You will have so much gospel in you after you have read this book that you will want another one exactly like it. You must get a revelation of the gospel of the Lord Jesus Christ. It must be preached to you.
Romans 10:15 says:
And how shall they preach, except they be sent? as it is written, How beautiful are the feet of them that preach the gospel of peace, and bring glad tidings of good things!
How shall you hear unless someone preaches the death, burial, and resurrection of the Lord Jesus Christ to you? You cannot.
The gospel I heard as a young man was not the gospel of the Lord Jesus Christ. Preachers would say, “Let us read the gospel.” They would read the gospel according to Matthew. When they came to healing, they jumped over it. When they came to casting out devils, they could not even see that. They were so blind that they did not even know it was in the Bible!
John 3:16 is a Bible verse that I had heard, probably many thousands of times. In fact, it was on a sign board about a mile from my home. Every time I would go to town, I would see it. Below the sign, someone had the nerve to write, “If you do not believe this, you are going to hell!”
Jesus did not say that. He said that if you believed John 3:16, you would have everlasting life. Jesus said to preach the gospel. He did not say to write messages on sign boards telling people they were going to hell.
John 3:16 is in the Bible, and it is the gospel. However, I had no concept of what it meant. John 3:16 will do you no good unless it is revealed to you. The gospel is the power of God unto salvation to everyone who believes.
Continue looking at Romans 10:14 and 15. How can people hear, unless someone preaches? They cannot. How can they preach, unless they are sent? They cannot. Who sends them? Denominations? No! A church? No! God must send you! If He does not send you, you are not sent.
I was visiting with a man once. He said, “I would like to have a doctor’s degree from a recognized seminary so that people will accept me.” He really said that! You would be shocked to find out how religion has distorted the ministry.
That man discovered that he would not be accepted unless he had a doctoral degree from a seminary. That is true unless God sends you. If God sends you, He will send you preaching the gospel of the kingdom. The people will receive you even if you are nothing but an ex-veterinarian.
In America today, most ministers have been exalted by one or more denominations. Ministers in the “Word” movement have not renounced their denominational doctrines. Jesus tells us in Mark 7:6-13 that teaching the commandments, or traditions, of man makes the Word of God of none effect. I am not putting these ministers down. They, like all of us, need to repent of their denominational doctrines.
God spoke to me when I was a practicing veterinarian and a Methodist lay speaker in McKinney, Texas--a small North Texas town. He said, “Go to Plano, Texas and speak to the people of Plano.” I said, “Go to Plano and talk to them about what?” He said, “Turn to Acts 11 where Paul went to Antioch, and you will understand.”
I turned to that chapter and God spoke to me. He said, “What took place in Antioch will take place in Plano.” That is exactly what has happened.
I did not know any Christians in Plano, Texas. No one there was looking for me. Nevertheless, within a six-week period, people came to me. They had talked to people all over the United States of America, trying to find someone who would establish a church.
This group of Plano people had had two pastors in two years. They were a bruised group of Christians. A church would be started, and it would fail. Another church would begin, and it, too, would fail. Some of these people came to me and said, “Would you pastor our church?”
I said, “No. I already have a ministry. I will come to Plano with the ministry I have. If you want to join it, you can.” They said, “We will go for anything now. We have been through enough splits.” That is how this ministry started.
God had told me, six weeks prior to this, to “go speak to the people of Plano.” I said, “The people from Plano do not even know me. They are not looking for me.” They were, however. They were saying, “Where is a man of God that will come here and speak the Word to us?”
One man said, “After I heard you, I did not want to hear you. After I heard what you said, I did not like your teachings.” He had asked God to send a man of God, but he did not really want to hear God’s words. He heard the Word, though. He is still in this church. It is by the grace of God that any of us are here.
Romans 10:15 states, “How shall they preach, except they be sent?” They cannot. Unless Jesus sends you, stay at home. If you do not believe that He was raised from the dead, He will not send you. He is not talking to you. It is another spirit.
Finally, read the last part of Romans 10:15:
...as it is written, How beautiful are the feet of them that preach the gospel of peace, and bring glad tidings of good things!
When a preacher is sent, his feet will be shod with the preparation of the gospel of peace. He will bring the good news of the gospel to you. You will then hear and see the gospel of the kingdom of God--the death, burial, and resurrection of Jesus Christ.
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